Hace unos años, un amigo y yo estábamos buscando un deporte para hacer algo de ejercicio por las tardes. Pero tenía que ser un deporte especial. Se nos presentó la ocasión de practicar esgrima, y no nos pudimos negar. Descubrimos que es un gran deporte y se lo recomendamos a todo el mundo que busque algo alternativo.
En el club no había mucha gente joven, es más, la gran mayoría eran de mediana edad. Pero había un chico de unos veintitantos que me llamó la atención. No era especialmente guapo, pero era el mejor y por eso llamaba la atención. Me gustó desde el primer momento.
A mi amigo le pasó algo parecido con una chica. Ella era guapa y de nuestra edad. Como cabía esperar, mi amigo se fijó rapidamente en ella. Transcurrieron los meses y ninguno de los dos se atrevía a decir nada, hicimos apuestas de quien daría el primer paso y a quie le iría bien, pero tanto tiempo perdimos pensando cómo lo íbamos a hacer que ellos decidieron liarse. Sí sí, entre ellos.
La verdad es que siempre tuvieron buen rollo, a lo mejor se veía a la legua pero nosotros como estábamos embobados no lo vimos venir, pero lo cierto es que por un tiempo nos hundió. Fue duro que claramente no nos correspondieran pero fue aún más duro verles juntos.
Afortunadamente, con el tiempo lo fuimos asumiendo. Y pudimos llorar cada uno en el hombro del otro. Ellos estuvieron saliendo nada más y nada menos que un año y pico. Hace unos meses dejamos el deporte y ellos cortaron de malas maneras. Nosotros les olvidamos prácticamente por completo cuando dejamos de verles tan a menudo, pero recordamos con ironía como "mi" chico se lió con "su" chica.
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