¿Sabéis una cosa? Yo creo en el destino. Tal vez parezca estúpido, pero es lo que me anima cuando las cosas no van todo lo bien que podrían ir. Pienso que habrá tiempos mejores, y que si las cosas suceden así es por alguna razón. Por ejemplo, mis queridas amigas la rubia y Lady Blue se encuentran felices con su vida en pareja. Les deseo sinceramente lo mejor pero también les tengo una terrible envidia, pero envidia sana al fin y al cabo. Envidia por la estabilidad que disfrutan, y porque sinceramente creo que han encontrado unos compañeros de viaje que merecen la pena de verdad. No puedo evitar pensar en por qué yo no corro con la misma suerte que ellas. ¿Seré demasiado exigente? o ¿No habré nacido para tener pareja? Son las preguntas que me hago cuando me pongo melodramática. Pero prefiero pensar que es cosa del destino. Ellas me animan y me dicen que todo llegará, pero eso es muy fácil decirlo cuando ya ha llegado. De momento, el destino no me ha encomendado la misión de tener pareja pero ¿Y si mi misión, a día de hoy, 3 de junio del 2011, no fuera estar con alguien, sino disfrutar de la vida en solitario?
El problema que tenemos las chicas que pensamos todo mil veces (grupo en el que me incluyo) es que de tanto pensar sacamos millones de cosas malas y ninguna buena, y en la situación que viven los demás vemos todo ventajas pero ningún inconveniente. Es hora de que nos mentalicemos de que esa visión no es real. Como dice la ancestral filosofía del Yin y del Yang, dentro de todo lo bueno hay algo malo y viceversa. Yo lo veo así con mis experiencias personales: si discuto con mi padre, por otro lado estoy afianzando la relación con mi madre. Si suspendo un examen, me pondré mucho más las pilas para el próximo y aprobaré seguro. Si descubro que alguien cercano a mi no es como yo pensaba, en vez de venirme abajo, prefiero pensar que es mejor haberme dado cuenta lo antes posible. Por ello, al estar sin pareja (aunque estar con alguien tenga millones de cosas buenas) no hay que rendir cuentas a nadie de lo que haces o dejas de hacer, se puede flirtear con alguien si te apetece, dedicar más tiempo a la tríada hobbies/estudios/amigos, y por último pero no menos importante, la posibilidad de encontrar al amor de tu vida siempre va a estar ahí :)
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