25 de febrero de 2011

Bad Romance

Hoy, quiero contaros la historia de un "amor" de verano, que para variar, no salió como yo esperaba, pero del que aprendí mucho.
Conocí gente nueva en la ciudad donde veraneo, y allí estaba. Supe que quería pasar el verano con él, pero no sabía cómo decirselo. Pensé mil formas aunque siempre es muchísimo más fácil pensarlo que hacerlo.
Al fin, un día que estábamos de fiesta y después de algún cubata de más, me armé de valor y le dije que me gustaba. Y ¿Sabeis qué me contestó? Que a él sólo le gustaban las rubias (yo soy morena).
Esto fue una liberación. Si en algún momento sentí algo por él se esfumó en aquel milisegundo. Me pareció lo más superficial que había oído en la historia, y comprendí que no valía para nada la pena.
Por otro lado, fue genial haberme declarado. Si no, sé que hubiera estado toda mi vida preguntándome qué hubiera pasado, y una vez decidí que eso no volvería a ocurrir.
La moraleja de todo esto es que el que no arriesga no gana, y más en un terreno como el amoroso. Yo decidí arriesgar, y a día de hoy pienso que, de alguna forma, también gané.

2 comentarios:

  1. No vale la pena estar con alguien superficial, es mejor olvidarlo, hoy en día muchos hombres ven solo la belleza exterior y mucho más en estados unidos que descriminan a las personas que no son rubias, descrimonan a las personas personas morenas.

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  2. Esta bien tu moraleja.

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