30 de noviembre de 2011

En busca de la felicidad.

Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo. Si tienes un sueño debes protegerlo. Si alguien no puede hacer algo te dirá que tú tampoco puedes. Si quieres algo, ve tras ello. 

29 de noviembre de 2011

Siempre.

Cuando empiezas una relación la empiezas con la promesa de un siempre. Un siempre que se va rasgando con el tiempo y que parece ievitable. Más aún en relaciones adolescentes (dejadme creer que sigo en la adolescencia, al menos hasta los 20). Es momento de sembrar las semillas del futuro y muchas veces no queremos que nada o nadie las riegue en exceso. Además, ¿quién abre la ventana en plena tormenta? Nadie. Pero la vida es algo demasiado corto como para ser como los demás. Y nadie se acordará de ti si haces lo que hace todo el mundo. Abre la ventana en medio de una tormenta o sal en manga corta en invierno. Se diferente y triunfarás. Y así funciona en las relaciones. Nunca hagas lo que la otra persona espera de ti. Sorpréndele, haz de vuestra historia algo diferente y que cualquiera quisera tener. Di siempre si es lo que realmente sientes y no te asustes. No pienses que la otra persona está interfiriendo en tu camino, hazla parte de él.  Bésale en medio de la calle y que la gente se quede mirando, o simplemente mírale y díselo todo.  Merece la pena llorar si es él quien te seca las lágrimas, merece la pena reír si es a su lado. Siempre.


22 de noviembre de 2011

Cuenta atrás

Y finalmente, el viaje no defraudó. 11:00h. Comienza el examen de una asignatura cuatrimestral. No de las más difíciles, pero tampoco fue coser y cantar. 11:30h. Final de la prueba. Buenas expectativas. 13:00h. Comida en la facultad. 13:30h. ¡Ya está la nota del exámen! ¡Aprobado! 14:00h. Salida desde el campus. 19:30h. Llegada a la Universidad Complutense de Madrid. Los estudiantes de allí nos reciben y planeamos la noche. 21:00h. cena y llegada al albergue.

Aquí merece la pena que detengamos el reloj por un segundo. Tras un pequeño enfrentamiento, la fiesta comenzaba en la habitación. ¡Teníamos un polizón! Un compañero no tenía sitio en ningún cuarto y le alojamos en el nuestro. Durmió con un amigo con las consiguientes risas del resto ;) La era pudorosa murió. Al menos en el género masculino. ¡Cambiándose en plena habitación! Nos preparamos y salimos a descubrir qué nos deparaba la noche madrileña.

00:00h. Quedada con los compis de Madrid. Nos conocemos mientras bebemos en la calle. 01:00h. Buscamos una discoteca a la que entrar, pero o bien hay colas de escándalo o bien la entrada tiene un precio desorbitado. Algunos de nuestros compañeros ven a Goyo Jiménez mientras son multados por la policía por "consumir vozka Eristoff en la vía pública" (palabras textuales de la multa). Vivir para ver.
Pero la fiesta no cesa. Cogemos un autobús hasta un pub irlandés con karaoke. Un puntazo el karaoke, sí señor. Bailamos sin parar y algunos valientes hasta se animan a deleitarnos con su dudoso don para la música. Fiesta ininterrumpida. 6:30h. Cierran. Metro y vuelta al albergue. Cama, ducha, desayuno, maletas. En un pequeñísimo intervalo de tiempo. 10:00h. Cita en la Universidad. Visita a la misma y comida. 3:15h. Autobús de vuelta y por fin un par de horas de ansiado sueño.

Ya han pasado varios días desde esto y no me he recuperado por completo. Risas, confidencias y amistades más consolidadas si cabe durante unas mágicas horas. Así que si me lo permitís voy a dormir algo para que deje de parecer que vengo del mundo de los muertos.

21 de noviembre de 2011

Would you just stay in my life?

Mañana es día 22. Y como cada 22, uno más. Y ya van 9. 9 meses a su lado. 9 meses de felicidad insaciable. A veces hasta yo misma me pregunto si es posible querer tanto alguien. Si es posible que el corazón duela de tanto querer. Si es posible necesitar su mirada cada día. Es posible. De hecho, es necesario.
Mi vida como estudiante de medicina no me da mucha tregua, para que nos vamos a engañar. Pero me  fascina buscar huecos imposibles para ver su sonrisa. Y él me lo agradece, pero no me tiene que agradecer nada. Porque lo necesito, forma parte de mí. Se ha convertido en algo demasiado importante. Y seguramente esté dejando cosas de lado, o me esté perdiendo algo. Pero merece la pena. Es complicado expresar cuanto merece la pena. Solo puedo decir que mucho. Y con eso basta. No quiero más.
Hace poco, me escribió una historia. La tituló como “Él y ella”. Es algo privado y no estaría bien publicarla así sin más. Pero puedo deciros que esa historia me abrió más los ojos, si es que se podía. Me hizo darme cuenta de que realmente he sido algo positivo en su vida. De que somos un equipo. Casamos como piezas de puzle, nos complementamos. Muchas veces una mirada dice más que mil de nuestras palabras. Y eso solo se consigue con tiempo, con ganas, con la ilusión del primer día y con la esperanza del siguiente. Y entonces… una lágrima de felicidad por saber que esto continúa; una lágrima en la mejilla del tiempo.


16 de noviembre de 2011

Momentos

Dicen que dentro de todo lo malo siempre hay algo bueno. No se puede decir que mi momento sea malo, pero tampoco es el mejor del mundo. Clases, exámenes, apuntes. La cabeza tan llena de terminología compleja que no hay espacio para sentimientos. Tiempo ausente y un gran déficit de sueño que no sé cuándo voy a recuperar. ¿Sabéis de qué os hablo? Seguro que sí. Y, como no, suspensos que aparecen como por arte de magia y sin avisar. Y personas a las que simplemente no entiendo. Pero ahora tengo los pensamientos en otra parte. Lejos.
En medio de estas estresantes situaciones se presenta un viaje. Durará poco más de 24 horas pero estará en nuestra memoria por mucho más tiempo. Visita a un museo y una noche loca. Amigos con los que compartir algo más que horas de clase. Una pequeña motivación para seguir estudiando y quizás complir un sueño el día de mañana. Sólo quizás.



























































































15 de noviembre de 2011

Breaking dawn.

-You are cordially invited to the event that will change everything. And it's only the beginning.

Old sweet time.

Viejos tiempos. Recuerdos. Sonrisas. Y es que recordar los tiempos pasados es siempre bonito, es divertido ver cómo has pasado por distintas etapas teniéndotelas que ingeniar para sobrevivir a cada una de ellas. Y la supervivencia es algo que cada uno hace a su manera.
El sábado salí de fiesta con mis amigos. Fuimos a nuestros bares de siempre. Pero hubo uno en concreto en el que los jóvenes de colegio se amontonaban en exceso.
Pasamos un largo rato analizando movimientos, escenas, comportamientos. Y os aseguro que fue de lo más interesante.
Ver la inocencia perdida en los cuerpos más jóvenes. El temor a pedir consumiciones escrito en sus caras. Los bailes locos de las más atrevidas. Y más cosas que mejor no os cuento.
Bendita juventud plagada de inocencia arrebosante.

El horizonte.

Aprende a vivir. Búscate una vida y hazla tuya. No mires atrás. No pierdas el tiempo en enfadarte por cosas que no importan, que hay poco tiempo y mucho que descubrir. Céntrate en ser feliz. No condiciones tus días, no planifiques. Deja que las cosas surjan. Regala una sonrisa cada día, y regálate una a ti mismo. Disfruta de los días y haz de tus noches un sueño que cualquiera quisiera vivir. Olvida los problemas, vete a una playa y mira el horizonte. Solo el horizonte...

8 de noviembre de 2011

Una lágrima en la arena.

Parece que fue ayer cuando me pidió salir. Cuando me concedió esa oportunidad. Y ya han pasado casi 9 meses. Que se dice pronto. 9 meses  en los que descubrir cosas nuevas y conocerse. 9 meses de felicidad insaciable. Como en todo, con pequeñas discusiones. Pero hay que saber ponerse en el lugar de otro y ceder. Sobre todo, ceder. Además tengo el extra de que mis amigas se llevan bien con él y yo me llevo bien con sus amigos. Siempre ayuda. Porque nos guste o no, nos importa lo que piensen nuestros amigos.
A veces hay lágrimas; claro que las hay. Por cosas que quizás son tonterías. Que cada uno las interpreta a su manera. Pero, ¿quién encuentra una lágrima en la arena? Se pierde con las cosas buenas y con las que nos hemos de quedar para contárselas a la almohada. Que no está para que la mojemos con tonterías sino para recordarnos que todo tiene solución. Que no hay problemas.
Hablando de problemas. Supongo que no estaría nada mal emitir una opinión sobre el pequeño detalle de que dos de mis amigas se hayan liado con el mismo chico. Pero como solo supongo, no lo voy a hacer. Es su vida y la respeto. Entiendo los motivos de cada una. No las juzgo. Ni, por supuesto, me enfado. Seguramente haya reforzado su amistad. Y la nuestra. El sábado quedó más que demostrado. No tiene precio sentarte con ellas y reír absolutamente de todo. Sin pensar en problemas, en universidad, en chicos, en padres. En nada. Ellas y yo sin otra preocupación que reírse. Porque la risa es un acto que sirve para olvidarse de las cosas. Ojalá pudiéramos reír eternamente.
La rubia. Hace tiempo que no os hablo de ella. Nuestra pequeña rubia. A la que a pesar de todo seguimos queriendo. Es feliz y no puedo más que alegrarme por ello. He pasado un tiempo reflexionando sobre este tema, intentando entenderlo. Siendo justa. Sabiéndome poner en su lugar y cediendo. Ella va a seguir ahí. Que casi no la vea no implica que nada sea lo mismo. Podemos hablar por teléfono. Podemos tomar un café y recordar viejos tiempos. Puedo sonreírle y decirle que la pequeña rubia es aún más guapa cuando sonríe. Y darle un abrazo y decirle que siempre que lo necesite estaré ahí. No es justo enfadarse por esto. Somos amigas, y una amistad vale más que todo eso. Y ella ha estado ahí para ayudarme cuando lo he necesitado. Y antes de que se me olvide, enhorabuena por esos 10 meses rubia :)
Exámenes. Ajena a la definición de la RAE definiré examen como hojas a rellenar que te privan de tu vida durante unas semanas y en el que a pesar de haber dejado de lado estúpidos vicios como comer o dormir, seguirás siendo incapaz de contestar a todo con certeza. Y se acercan, o no han dejado de irse. Que en medicina es prácticamente lo mismo. Con calma, que remedio. Y suerte a todos los que estéis de exámenes. A la mayoría, os hará falta.

4 de noviembre de 2011

Un paseo para recordar.

-Vale, pero con una condición.
-Vale, lo que quieras.
-No te enamores de mí.
-(já) Hecho.



No elegimos de quién nos enamoramos. No elegimos quién queremos que sea la persona que nos haga reír o que nos tenga que ver llorar. Simplemente pasa. Y pasa porque así es el amor. Algo efímero y que nadie controla. Es abstracto. No se toca, no se ve, no se huele. Pero se siente. Vaya que si se siente.
A veces creemos que lo que estamos viviendo es amor. Pero no sabemos si nos estamos equivocando. Y solo lo sabremos cuando descubramos el amor en realidad. En estado puro.
Os puede parecer una tontería, pero lo de las mariposas en el estómago no es una metáfora de los poetas para que quede bonito. Existe. Y te envuelve en escalofríos, en una sensación rara y perfecta al mismo tiempo. 
Pero como todo, puede llegar antes o después, ser rápido o corto, ser pasional o cariñoso, o ambas a la vez. O no. Y es que,  ¿alguien sabe lo que es el amor en realidad?


El mejor tipo de amor es aquel que despierta el alma y nos hace aspirar a más, nos enciende el corazón y nos trae paz a la mente. 


Puede que esa definición me guste. Sí. Me gusta. Pero hace falta más.


Y al decir amor no me refiero a ese amor no correspondido y asimétrico que profesamos por las estrellas de cine y las celebridades. Me refiero a un amor verdadero, práctico, posible. Un amor que no acaba en lágrimas sobre la almohada, sino que es como un milagro. Y cuando ocurre un milagro uno no se pone a hacer preguntas.


Solo puedo decir que cada uno ve el amor de una forma y lo vive de una manera, pero dejemos que nos envuelva y que nos arrastre durante este otoño. Que la rutina pesa, que los exámenes acechan, que el cansancio se acumula.