31 de diciembre de 2011

Bienvenido 2012

Otro año que se va y uno nuevo que empieza. Las promesas nuevas y las de siempre. 12 uvas que marcarán el inicio de otra etapa. Mi promesa del año pasado fue dejar de morderme las uñas ¡y lo he conseguido! A pesar del estrés de los exámenes, líos familiares y demás, lo logré. Así que después de pensar mucho he decidido que mi nueva promesa para el 2012 será empezar a estudiar al día. Es una de esas cosas que cada año decimos que vamos a hacer y siempre se queda en eso, una promesa. Pero este año espero cumplirlo. ¡Y espero que como año bisiesto que es sea especial!


¡Feliz 2012!




30 de diciembre de 2011

Mägos del escenario

Y finalmente cumplieron con lo prometido. Volvimos a encontrarnos todos. 29 de diciembre y comenzando con algo de retraso (lo justo para hacerse de rogar), ahí estaba Mägo al completo dispuesto a darlo todo en el penúltimo concierto de su historia con Jose. La sala abarrotadísima, mucho más que la última vez, arropando al grupo en su despedida. Esta vez sin teloneros, y con la voz totalmente recuperada, dejaron claro que para nada están acabados. Que empezará una nueva etapa, pero que el espíritu de Mägo es y seguirá siendo el mismo.
Una emocionante Desde mi cielo, por las numerosas frases de despedida del vocalista. "Ahora que está todo en silencio y que la calma me besa el corazón, os quiero decir adiós. Porque ha llegado la hora de que andéis el camino ya sin mí. ¡Hay tanto por lo que vivir!"

Y de traca final 3 canciones que nos dejaron sin aliento y sin voz. Las 3 bandas sonoras del grupo. Clásicas. Míticas. Atemporales. La costa del silencio, Molinos de viento y Fiesta pagana. Y tras ellas la ovación final hasta no sentir las palmas de las manos. Porque ellos se lo merecen. Chicos, sólo me queda decir que, simplemente, sois unos GRANDES. CABRONEEEEEEEES!!



29 de diciembre de 2011

¡Feliz 2012!

Por cada tanque que se fabrica en el mundo... se fabrican 131.000 peluches. Por cada bolsa de valores que se desploma... hay 10 versiones de "What a wonderful World". Por cada persona corrupta... hay 8.000 donando sangre. Por cada muro que existe... se ponen 2.000 tapetes de "bienvenido". Mientras un científico diseña un arma nueva... hay un millón de mamás haciendo pasteles de chocolate. En el mundo se imprime más dinero de Monopoly que dólares. Hay más vídeos divertidos en internet... que malas noticias en todo el mundo. AMOR tiene más resultados en "google" que MIEDO. Por cada persona que dice que todo va a estar peor... hay 100 parejas buscando un hijo. Por cada arma que se vende en el mundo... 20.000 personas comparten una Coca-Cola. Razones para creer. Busca la tuya y regálasela a alguien.



27 de diciembre de 2011

Escalera de color

Esa gran mano que todos deseamos y pocos son los afortunados que la han visto, y menos en sus propias manos. Esa es la escalera de color. Pero la escalera también es una mano muy peligrosa. Teniendo un proyecto hay que decidir si te conviene seguir jugando o tirarte. Ahí es donde se comprueba si alguien es un jugador agresivo o conservador. A los que comprendáis esta jerga seguramente también os habrá picado el gusanillo del póker. Os confieso que a mi también. Me parece un juego fantástico.
Los principiantes o los que ignoran las nociones básicas dirán que es un juego de azar. Y no les falta razón. Pero los que hemos profundizado en este mundillo sabemos que, aparte del azar, hay un gran componente de probabilidad. Estadística aplicada al póker. Conocer este juego de probabilidades es imprescindible para ganar. Y no me refiero a ganar una mano o ganar un torneo. Me refiero a ganar a la larga más fichas que las que pierdes. Las outs y las odds. Saber que tienes cierto porcentaje de posibilidades de que en el turn o en el river salga la carta que con tantas ansias has esperado.

Tengo que admitir que yo sólo controlo una modalidad, el Texas Hold’em. Y de momento no tengo pensado aprender las demás. Bastante tiempo lleva aprender a jugar esta misma modalidad por Internet, en persona, en una mesa con mucha gente o en un cara a cara. Cada una se juega diferente.

Quiero contar la historia de Liv Boeree. Es una mujer extraordinariamente buena al póker. En un mundo mayoritario de hombres, ella se abrió paso y llegó a ser la tercera mujer del mundo en ganar un EPT (European Poker Tour). ¡Vio un all in con una pareja de cincos y le salió bien! Tras estudiar física en la Universidad de Manchester se trasladó a Londres donde comenzó sus pinitos en el póker. Después de numerosos éxitos en diferentes torneos llegó su gran logro: victoria en San Remo embolsándose ¡1.250.000 euros! Toda una diva, vamos.

Pero volvamos a mi humilde experiencia en este juego. Últimamente siempre sigo el mismo proceso. Torneos online de 9 jugadores y 2.000 fichas de entrada. Jugar pocas manos al principio y agresivas las que considero dignas de poner en riesgo mis fichas. Una pareja alta, o tal vez dos figuras del mismo palo. Y siempre intentar mantener la calma, aunque a veces sea tan difícil… Y es que el problema no es la famosa cara de póker, solucionado jugando por Internet, sino las emociones de cada uno. La rabia o el ansia desmesurada por ganar pueden ser muy malas consejeras. No digo que un juego agresivo no sea recomendable, pero agresivo no es sinónimo de loco ;)

La intuición también juega un papel vital. Aunque no puedas observar físicamente a tus oponentes, puedes ver cómo juegan. Ver si arriesgan, si echan faroles, si roban ciegas. Y con ello hacer un perfil psicológico. Pensaréis que es una tontería, incluso excesivo, pero puede ser determinante a la hora de ver una mano contra ese jugador.

Un amigo una vez me dijo que para ver un all in hay que tener una mano mucho mejor que para hacer un all in. No se puede decir que yo apueste todo habitualmente, pero sí lo hice hace poco, con una pareja de ases en el preflop. Recuerdo que no tenía un número excesivo de fichas respecto a los demás, así que alguien lo vio. Y allí estaba. El primer y último póker de ases que he presenciado en mis manos. Y encima en el flop. Ninguna mano podía ganar a la mía. Y reconozco que tengo un gran fallo. Puede que no les saque el máximo partido a las grandes jugadas que tengo.

También jugamos en persona. Con mis amigos, tan aficionados o más que yo al póker. Quedamos en casa de alguno y echamos un torneo. A veces nos hemos enfadado, pero en general no tenemos mal perder. Pero hay un problema. Nos conocemos tanto que ya sabemos como juega cada uno. Así perdemos el factor sorpresa. Pero a cambio de eso, experimentamos este juego en su máximo esplendor.

Coger las fichas, puestas en montones, de menor a mayor valor. Tener las cartas en la mano, e intentar por todos los medios contener la decepción si la mano no vale la pena o la emoción si es algo grande. Ese es y será siempre el verdadero póker.

26 de diciembre de 2011

¡El invierno está aquí!









































¿Dulce Navidad?

Las Navidades son esa época en la que nos vemos obligados a estar contentos ¿No es cierto? Esas cenas familiares que no siempre apetecen, comilonas que hacen que te sientas culpable y regalos, no siempre acertados, por todas partes. No sería justo decir que todas las Navidades que recuerdo sean malas. Las ha habido muy felices, por supuesto. La ilusión esperando la visita de los Reyes Magos no tiene precio. Pero en general, hay más recuerdos malos que los que debería. Demasiados.
Por eso he decidido hacer un cambio. Poner las Navidades patas arriba y celebrarlas a mi manera. Para empezar ni siquiera he puesto el abeto. Ni tampoco en Belén. Y no es porque no quiera, simplemente que el espíritu navideño va mucho más allá de las cosas materiales, aunque últimamente se nos olvide.
Segundo. En mi familia no hemos hecho ningún regalo. Al menos ningún regalo sorpresa. La razón es que tantas horas de estrés pensando ¿Qué le gustará? ¿Tendrá ya esto? no merecen la pena. De momento nos basta con el rencuentro tras muchos meses sin vernos.
Tercero. Hemos cambiado las cenas en las fechas señaladas. Sí, me estoy refiriendo a Nochebuena, Nochevieja y Reyes. La primera estaremos en familia, pero sin grandes excesos y las demás… ¡Con amigos!
Ellos, los grandes olvidados de la Navidad van a ser los protagonistas de la mía. El tiempo libre que se agradece después de mucho tiempo estudiando a contrarreloj, lo voy a invertir en ellos, mis amigos. Charlas interminables, visitas a la pista de hielo, y muchos más planes que se me irán ocurriendo sobre la marcha. Por supuesto, también pienso reservar tiempo para mis hobbies y, por desgracia, a estudiar. Leer, pintar o simplemente no hacer nada. Rescatar esos libros olvidados para otorgarles todo el protagonismo.
Así que ya sabéis. Si las Navidades no os resultan especialmente apetecibles, haced como yo y tomáoslas como si fueran unas vacaciones normales para hacer ¡lo que os de la gana!

21 de diciembre de 2011

Princesa de mis sueños.

No es valiente quien no tiene miedo sino quien a pesar de tenerlo, lo intenta. Y entonces, basándome en esa definición, esa soy yo, una valiente. Y entonces te preguntarás por qué. La verdad, no es fácil de explicar. Hacen mañana 10 meses que mi mundo cambió. Para bien, eso seguro, pero cambió en todos los sentidos. Y con una gota de miedo entre la felicidad. ¿Miedo? Podemos llamarlo así, sí.
Antes, cuando salía de fiesta era una loca a la que le encantaba reír y ligar. No por nada, sino porque el simple hecho de que alguien se te acercara y te llamara guapa te hacía sonrojarte y creértelo cinco minutos. Pero las cosas han cambiado. Salgo menos. De hecho, salgo muchísimo menos. Casi nada. Y cuando salgo, no soy como antes. Estoy con mis amigas. Bailo, con ellas o con él. Con nadie más. No quiero ligar y si lo hago, soy borde. No miro los demás. Pero es como tiene que ser. Es como quiero que sea. Salgo con mis amigas y sé que desde algún lugar él tendrá su mirada clavada en la mía. Porque soy eso, la princesa de sus sueños. Y sé que lo soy.
¿Te imaginas que un día aparece en la puerta de tu casa con una rosa y te dice que te quiere? Deja de imaginar que eso es lo que pasa en las películas. Y esto es la vida real. En la vida real no hay rosas ni juguetes. Pero sí hay sonrisas y caricias con abrazos para recordarte por qué prefieres la vida real. No es un camino de rosas, pero es un camino.
Y entonces están todos esos sentimientos que se unen y por los que en realidad sientes ese miedo del que os he hablado. Porque sabes que esos sentimientos ya han sido sentidos.  Y ahora me preguntarás; ¿Te arrepientes? Del cambio que ha dado mi vida, de buscar huecos imposibles, de tener que renunciar más a mis amigos, de darlo todo por una persona. Pues déjame responderte; ni un segundo.


Décimo x, número y, serie z.

Mañana todos ponemos nuestra ilusión y esperanza en 5 cifras dispuestas al azar entre millones de combinaciones posibles. Pérmiteme recordarte que eso no es estadística, es suerte. Así que... viajemos a la fábrica de los sueños y si sueñas, loterías.

16 de diciembre de 2011

Recuperar un tesoro.

La amistad se puede definir de muchas maneras. Depende del diccionario utilizado se verán distintos matices. Pero una cosa tienen que tener en común; los amigos. Los amigos son como las plantas, o los riegas y los alimentas un poco cada día o mueren. Por desgracia yo he tenido que llegar a los puntos finales de muchas amistades últimamente, pero volveré a por las que realmente me importan, a por las que necesito para sonreír.
La Rubia. Ayer casi lloro al escuchar su voz. Nunca imaginé que la echaría tanto de menos. Demasiado. Echo de menos esos ojos verdes que lo transmiten absolutamente todo. Pero esa conversación fue solo el principio de la amistad que nos toca revivir. He hecho cosas mal. Probablemente ella también. He metido en medio a gente que no se merece pasar por esto. Pero he pedido perdón. Y no he pedido perdón porque así me voy a sentir mejor. He pedido perdón porque (perdonadme la expresión) la he cagado. He dejado que la comodidad sucumba la amistad. Me he puesto a mí por encima de ella y todos somos iguales. Me ha parecido más fácil protestar en vez de actuar. Pero las palabras ya han perdido valor. Tengo que verla. Darle un abrazo y dejar que el tiempo me ayude.
¿Alguna vez os he hablado de un amigo mío que le conozco desde que tengo 3 años? No se si leerá esto, pero si lo lee estará de acuerdo conmigo en que siempre ha sido un poco cabezota. Pero siempre ha sido mi amigo y me encanta que sea así. Recuerdo los recreos con 3 años en el patio jugando despreocupadamente. El que me ha acompañado en el comedor del colegio toda mi vida. Con el que más horas he pasado jugando a balón quemado o a lo que fuera. Si alguien me ha hecho reír, ha sido él, sin duda. Hace poco recuerdo que fuimos en su coche al McDonald’s. Otra vez. Echaba de menos reírme tanto. Que si por lo mal que conduce (que en realidad, no es cierto si no, no me habría montado), que si las hamburguesas que si la bebida. Todo. Y es en esos pequeños momentos cuando te das cuenta de que por muchas cosas mal que se hagan siempre habrá una buena que te recuerde porque sois amigos. También le echo de menos. Vive cerca de mí. Algún día le sorprenderé con una buena sonrisa en la puerta de su casa.
Luego están los otros amigos. Los que crees que lo son. Por los que intentas luchar para acabar rindiéndote porque no son lo que esperabas. Porque no siempre el polo positivo y el polo negativo se atraen. Hay que saber dejarlo pasar. Estar cerca de los que de verdad te cuidan. Y seguramente alguien me dirá que soy una deficiente o que esto son solo incongruencias de la subnocracia pero lo siento, la aristocracia nunca estuvo hecha para mí.


Una de cal y otra de arena

No sé cómo empezar este post. Los sentimientos de tristeza y alegría compiten por protagonizar momentos. Empezaré por los malos, para terminar con los buenos. Son esos que tienen que ver con el tema académico. Sin tiempo para respirar entre miles de apuntes llega la noticia de haber suspendido una, que dicho sea de paso, no merecía suspender. Todo esto con la cabeza en otra parte debido a las últimas discusiones que he tenido con mis amigos. Las navidades son una época de cariño y felicidad, o eso dicen, pero a mi siempre me suelen traer más tristeza y problemas que otra cosa. ¿A qué cotillón ir en fin de año? Esta cuestión nos ha hecho discutir bastante, y sacar cosas a la luz que todos teníamos guardadas que debieron ser aclaradas en su día, pero no fue así. Todos tenemos mucho carácter y orgullo, y eso nos lleva a pensar que tenemos siempre la razón, y no nos pongamos en el lugar del otro. Pero por suerte ayer rompimos el hielo y hablamos como personas civilizadas que hacía tiempo que no parecíamos. Lo que parecía el fin de todo se convirtió en el comienzo. No sé si una reconciliación total y absoluta, pero sí un deseo de volver a ser los que fuimos algún día. Y resultó que yo estaba equivocada. Pensé que ella tenía otra vida en la que no había sitio para nosotras, cuando no era así. Reconozco que hice muchas cosas mal. Dejé de llamarla y de hablar con ella y me refugié en la gente que me quedaba. Hice comentarios que se malinterpretaron, quizás por el dolor que me producía estar separándome de ella. Es cierto que puede que hiciera una montaña de un granito de arena, y simplemente me alejé. Rubia, desde aquí te pido perdón si he hecho algo mal. Posiblemente habré hecho miles de cosas mal en mi vida. Ya me conoces. Porque somos así. Humanos. Perfectamente imperfectos.

14 de diciembre de 2011

Who said.

"Es imposible", dijo el orgullo.
"Es arriesgado", dijo la experiencia.
"No tiene sentido", dijo la razón.
"Inténtalo", susurró el corazón.

9 de diciembre de 2011

All I want for Christmas is no Christmas.

Luces. Más luces. Pinos. Abetos. Regalos. Gente. Compras. Nieve. Odio la Navidad. Miento, odio la pre-Navidad. Todo el jaleo que se monta alrededor de ella mientras algunos aún estamos de exámenes. Quiero que me dejen de recordar que las vacaciones se acercan. Porque me hacen los días eternos y complicados. No quiero ver el Belén ni el árbol antes del 24 de diciembre. No quiero pensar en regalos. Solo en uno... el aprobado. No quiero ver películas navideñas a todas horas. Siemplemente NO QUIERO.

8 de diciembre de 2011

¡Estoy harta de estudiar!

Folios. Apuntes y más apuntes. Es lo único que ocupa mi mesa y mi desgastada mente. Tejidos, sistema nervioso, sangre. Un sinfín de datos que memorizar a contrarreloj. Resetear el cerebro tras un examen, estudiar, examinarse y volver a empezar. Un dudoso método para retener información a largo plazo, pero es lo único que tengo. Los eritrocitos tienen una vida media de 4 meses ¡Vaya! Sólo 120 días para cumplir su función, sin ninguna otra preocupación y luego dirigirse al bazo esperando su inevitable final. Su muerte. Qué simple parece todo cuando se mira desde fuera…

4 de diciembre de 2011

Tempus fugit.

Los poetas usaban este término para referirse al paso del tiempo y la vejez y a que todo ello es inevitable y que por tanto, debermos vivir al máximo. Lo cual nos recuerda el famoso carpe diem.
Yo misma digo: "It's all about time. About which century we live in. About how many years make a century. About how many months have you lived without worrying about time. About how many minutes are left. About how many seconds make the difference between the right and the wrong thing. It's all about time."
Todo se reduce al tiempo que desearíamos tener y no tenemos. Y es que nadie regala tiempo a pesar de que la nueva película "In time" se empeñe en que sí. Ojalá alguien me regalara media hora para respirar y no pensar en nada. Un par de horas para ver a mi mejor amiga y decirle que le echo de menos pero que estaré a su lado siempre. Un minuto para recordarle a mi familia que soy la de siempre. Un segundo para mirarle a los ojos y decirle que le quiero. Tiempo. Tiempo que nadie regala.

30 de noviembre de 2011

En busca de la felicidad.

Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo. Si tienes un sueño debes protegerlo. Si alguien no puede hacer algo te dirá que tú tampoco puedes. Si quieres algo, ve tras ello. 

29 de noviembre de 2011

Siempre.

Cuando empiezas una relación la empiezas con la promesa de un siempre. Un siempre que se va rasgando con el tiempo y que parece ievitable. Más aún en relaciones adolescentes (dejadme creer que sigo en la adolescencia, al menos hasta los 20). Es momento de sembrar las semillas del futuro y muchas veces no queremos que nada o nadie las riegue en exceso. Además, ¿quién abre la ventana en plena tormenta? Nadie. Pero la vida es algo demasiado corto como para ser como los demás. Y nadie se acordará de ti si haces lo que hace todo el mundo. Abre la ventana en medio de una tormenta o sal en manga corta en invierno. Se diferente y triunfarás. Y así funciona en las relaciones. Nunca hagas lo que la otra persona espera de ti. Sorpréndele, haz de vuestra historia algo diferente y que cualquiera quisera tener. Di siempre si es lo que realmente sientes y no te asustes. No pienses que la otra persona está interfiriendo en tu camino, hazla parte de él.  Bésale en medio de la calle y que la gente se quede mirando, o simplemente mírale y díselo todo.  Merece la pena llorar si es él quien te seca las lágrimas, merece la pena reír si es a su lado. Siempre.


22 de noviembre de 2011

Cuenta atrás

Y finalmente, el viaje no defraudó. 11:00h. Comienza el examen de una asignatura cuatrimestral. No de las más difíciles, pero tampoco fue coser y cantar. 11:30h. Final de la prueba. Buenas expectativas. 13:00h. Comida en la facultad. 13:30h. ¡Ya está la nota del exámen! ¡Aprobado! 14:00h. Salida desde el campus. 19:30h. Llegada a la Universidad Complutense de Madrid. Los estudiantes de allí nos reciben y planeamos la noche. 21:00h. cena y llegada al albergue.

Aquí merece la pena que detengamos el reloj por un segundo. Tras un pequeño enfrentamiento, la fiesta comenzaba en la habitación. ¡Teníamos un polizón! Un compañero no tenía sitio en ningún cuarto y le alojamos en el nuestro. Durmió con un amigo con las consiguientes risas del resto ;) La era pudorosa murió. Al menos en el género masculino. ¡Cambiándose en plena habitación! Nos preparamos y salimos a descubrir qué nos deparaba la noche madrileña.

00:00h. Quedada con los compis de Madrid. Nos conocemos mientras bebemos en la calle. 01:00h. Buscamos una discoteca a la que entrar, pero o bien hay colas de escándalo o bien la entrada tiene un precio desorbitado. Algunos de nuestros compañeros ven a Goyo Jiménez mientras son multados por la policía por "consumir vozka Eristoff en la vía pública" (palabras textuales de la multa). Vivir para ver.
Pero la fiesta no cesa. Cogemos un autobús hasta un pub irlandés con karaoke. Un puntazo el karaoke, sí señor. Bailamos sin parar y algunos valientes hasta se animan a deleitarnos con su dudoso don para la música. Fiesta ininterrumpida. 6:30h. Cierran. Metro y vuelta al albergue. Cama, ducha, desayuno, maletas. En un pequeñísimo intervalo de tiempo. 10:00h. Cita en la Universidad. Visita a la misma y comida. 3:15h. Autobús de vuelta y por fin un par de horas de ansiado sueño.

Ya han pasado varios días desde esto y no me he recuperado por completo. Risas, confidencias y amistades más consolidadas si cabe durante unas mágicas horas. Así que si me lo permitís voy a dormir algo para que deje de parecer que vengo del mundo de los muertos.

21 de noviembre de 2011

Would you just stay in my life?

Mañana es día 22. Y como cada 22, uno más. Y ya van 9. 9 meses a su lado. 9 meses de felicidad insaciable. A veces hasta yo misma me pregunto si es posible querer tanto alguien. Si es posible que el corazón duela de tanto querer. Si es posible necesitar su mirada cada día. Es posible. De hecho, es necesario.
Mi vida como estudiante de medicina no me da mucha tregua, para que nos vamos a engañar. Pero me  fascina buscar huecos imposibles para ver su sonrisa. Y él me lo agradece, pero no me tiene que agradecer nada. Porque lo necesito, forma parte de mí. Se ha convertido en algo demasiado importante. Y seguramente esté dejando cosas de lado, o me esté perdiendo algo. Pero merece la pena. Es complicado expresar cuanto merece la pena. Solo puedo decir que mucho. Y con eso basta. No quiero más.
Hace poco, me escribió una historia. La tituló como “Él y ella”. Es algo privado y no estaría bien publicarla así sin más. Pero puedo deciros que esa historia me abrió más los ojos, si es que se podía. Me hizo darme cuenta de que realmente he sido algo positivo en su vida. De que somos un equipo. Casamos como piezas de puzle, nos complementamos. Muchas veces una mirada dice más que mil de nuestras palabras. Y eso solo se consigue con tiempo, con ganas, con la ilusión del primer día y con la esperanza del siguiente. Y entonces… una lágrima de felicidad por saber que esto continúa; una lágrima en la mejilla del tiempo.


16 de noviembre de 2011

Momentos

Dicen que dentro de todo lo malo siempre hay algo bueno. No se puede decir que mi momento sea malo, pero tampoco es el mejor del mundo. Clases, exámenes, apuntes. La cabeza tan llena de terminología compleja que no hay espacio para sentimientos. Tiempo ausente y un gran déficit de sueño que no sé cuándo voy a recuperar. ¿Sabéis de qué os hablo? Seguro que sí. Y, como no, suspensos que aparecen como por arte de magia y sin avisar. Y personas a las que simplemente no entiendo. Pero ahora tengo los pensamientos en otra parte. Lejos.
En medio de estas estresantes situaciones se presenta un viaje. Durará poco más de 24 horas pero estará en nuestra memoria por mucho más tiempo. Visita a un museo y una noche loca. Amigos con los que compartir algo más que horas de clase. Una pequeña motivación para seguir estudiando y quizás complir un sueño el día de mañana. Sólo quizás.



























































































15 de noviembre de 2011

Breaking dawn.

-You are cordially invited to the event that will change everything. And it's only the beginning.

Old sweet time.

Viejos tiempos. Recuerdos. Sonrisas. Y es que recordar los tiempos pasados es siempre bonito, es divertido ver cómo has pasado por distintas etapas teniéndotelas que ingeniar para sobrevivir a cada una de ellas. Y la supervivencia es algo que cada uno hace a su manera.
El sábado salí de fiesta con mis amigos. Fuimos a nuestros bares de siempre. Pero hubo uno en concreto en el que los jóvenes de colegio se amontonaban en exceso.
Pasamos un largo rato analizando movimientos, escenas, comportamientos. Y os aseguro que fue de lo más interesante.
Ver la inocencia perdida en los cuerpos más jóvenes. El temor a pedir consumiciones escrito en sus caras. Los bailes locos de las más atrevidas. Y más cosas que mejor no os cuento.
Bendita juventud plagada de inocencia arrebosante.

El horizonte.

Aprende a vivir. Búscate una vida y hazla tuya. No mires atrás. No pierdas el tiempo en enfadarte por cosas que no importan, que hay poco tiempo y mucho que descubrir. Céntrate en ser feliz. No condiciones tus días, no planifiques. Deja que las cosas surjan. Regala una sonrisa cada día, y regálate una a ti mismo. Disfruta de los días y haz de tus noches un sueño que cualquiera quisiera vivir. Olvida los problemas, vete a una playa y mira el horizonte. Solo el horizonte...

8 de noviembre de 2011

Una lágrima en la arena.

Parece que fue ayer cuando me pidió salir. Cuando me concedió esa oportunidad. Y ya han pasado casi 9 meses. Que se dice pronto. 9 meses  en los que descubrir cosas nuevas y conocerse. 9 meses de felicidad insaciable. Como en todo, con pequeñas discusiones. Pero hay que saber ponerse en el lugar de otro y ceder. Sobre todo, ceder. Además tengo el extra de que mis amigas se llevan bien con él y yo me llevo bien con sus amigos. Siempre ayuda. Porque nos guste o no, nos importa lo que piensen nuestros amigos.
A veces hay lágrimas; claro que las hay. Por cosas que quizás son tonterías. Que cada uno las interpreta a su manera. Pero, ¿quién encuentra una lágrima en la arena? Se pierde con las cosas buenas y con las que nos hemos de quedar para contárselas a la almohada. Que no está para que la mojemos con tonterías sino para recordarnos que todo tiene solución. Que no hay problemas.
Hablando de problemas. Supongo que no estaría nada mal emitir una opinión sobre el pequeño detalle de que dos de mis amigas se hayan liado con el mismo chico. Pero como solo supongo, no lo voy a hacer. Es su vida y la respeto. Entiendo los motivos de cada una. No las juzgo. Ni, por supuesto, me enfado. Seguramente haya reforzado su amistad. Y la nuestra. El sábado quedó más que demostrado. No tiene precio sentarte con ellas y reír absolutamente de todo. Sin pensar en problemas, en universidad, en chicos, en padres. En nada. Ellas y yo sin otra preocupación que reírse. Porque la risa es un acto que sirve para olvidarse de las cosas. Ojalá pudiéramos reír eternamente.
La rubia. Hace tiempo que no os hablo de ella. Nuestra pequeña rubia. A la que a pesar de todo seguimos queriendo. Es feliz y no puedo más que alegrarme por ello. He pasado un tiempo reflexionando sobre este tema, intentando entenderlo. Siendo justa. Sabiéndome poner en su lugar y cediendo. Ella va a seguir ahí. Que casi no la vea no implica que nada sea lo mismo. Podemos hablar por teléfono. Podemos tomar un café y recordar viejos tiempos. Puedo sonreírle y decirle que la pequeña rubia es aún más guapa cuando sonríe. Y darle un abrazo y decirle que siempre que lo necesite estaré ahí. No es justo enfadarse por esto. Somos amigas, y una amistad vale más que todo eso. Y ella ha estado ahí para ayudarme cuando lo he necesitado. Y antes de que se me olvide, enhorabuena por esos 10 meses rubia :)
Exámenes. Ajena a la definición de la RAE definiré examen como hojas a rellenar que te privan de tu vida durante unas semanas y en el que a pesar de haber dejado de lado estúpidos vicios como comer o dormir, seguirás siendo incapaz de contestar a todo con certeza. Y se acercan, o no han dejado de irse. Que en medicina es prácticamente lo mismo. Con calma, que remedio. Y suerte a todos los que estéis de exámenes. A la mayoría, os hará falta.

4 de noviembre de 2011

Un paseo para recordar.

-Vale, pero con una condición.
-Vale, lo que quieras.
-No te enamores de mí.
-(já) Hecho.



No elegimos de quién nos enamoramos. No elegimos quién queremos que sea la persona que nos haga reír o que nos tenga que ver llorar. Simplemente pasa. Y pasa porque así es el amor. Algo efímero y que nadie controla. Es abstracto. No se toca, no se ve, no se huele. Pero se siente. Vaya que si se siente.
A veces creemos que lo que estamos viviendo es amor. Pero no sabemos si nos estamos equivocando. Y solo lo sabremos cuando descubramos el amor en realidad. En estado puro.
Os puede parecer una tontería, pero lo de las mariposas en el estómago no es una metáfora de los poetas para que quede bonito. Existe. Y te envuelve en escalofríos, en una sensación rara y perfecta al mismo tiempo. 
Pero como todo, puede llegar antes o después, ser rápido o corto, ser pasional o cariñoso, o ambas a la vez. O no. Y es que,  ¿alguien sabe lo que es el amor en realidad?


El mejor tipo de amor es aquel que despierta el alma y nos hace aspirar a más, nos enciende el corazón y nos trae paz a la mente. 


Puede que esa definición me guste. Sí. Me gusta. Pero hace falta más.


Y al decir amor no me refiero a ese amor no correspondido y asimétrico que profesamos por las estrellas de cine y las celebridades. Me refiero a un amor verdadero, práctico, posible. Un amor que no acaba en lágrimas sobre la almohada, sino que es como un milagro. Y cuando ocurre un milagro uno no se pone a hacer preguntas.


Solo puedo decir que cada uno ve el amor de una forma y lo vive de una manera, pero dejemos que nos envuelva y que nos arrastre durante este otoño. Que la rutina pesa, que los exámenes acechan, que el cansancio se acumula.



29 de octubre de 2011

Fantasmas del pasado

Vuelven. Para bien o para mal. Es curioso como algo efímero puede cambiar radicalmente el curso de los acontecimientos. Cosas que salieron mal, y que una vez que las superas vuelven como para decirte ¡eh! ¿Qué pasa conmigo? Y lloras. Por lo que pudo ser y no fue. Por lo que vuelve después de un tiempo y cuando por fin puede ser, no es. O es y no debió ser. Al menos de la misma forma, nunca lo será. Las situaciones cambian. Las personas cambian. Son tantas las posibilidades de que todo salga mal...
Malentendidos. Muchas veces les echamos la culpa de lo que nos pasa. Y yo me pregunto, ¿por qué demonios las personas nos morimos de miedo cuando nos gusta alguien? El miedo a meter la pata ha arruinado a miles de parejas que se querían y nunca se atrevieron a decirlo. Mi caso es diferente. Viejos fantasmas vienen del pasado, sí, y puede que compliquen las cosas, pero ya no dan el miedo que dieron la primera vez que los vimos. Ya no siento lo mismo. Afortunadamente.
Puede que nadie entienda por qué hago las cosas, ni siquiera yo. Lo que sé es que ahora tengo una situación de equilibrio. Me siento mujer, feliz, poderosa. Por fin siento que tengo las riendas de mi vida, y que no estoy a merced de sentimientos ajenos. Y eso es lo que importa. Y espero, con el tiempo poder entender por qué hago las cosas, o por qué sucedieron así, y sonreír.

28 de octubre de 2011

:)

¡Por nosotras!

American Beauty.

Maldita rutina, malditos exámenes, maldita lluvia... Noviembre no pinta bien. Pero cada uno es dueño de su propia vida y hace con su pincel el dibujo que quiere. Pintémosle una sonrisa pues. Y estropeemos la amargura de las gotas de lluvia o el agobio de los exámenes. Pero vamos a estropearlo con algo bonito. Algo que llega hasta dentro.

"Supongo que podría estar bastente cabreado con lo que me pasó, pero cuesta seguir enfadado cuando hay tanta belleza en el mundo. A veces siento como si la viera toda a la vez y me abruma. Mi corazón se llena como un globo que está a punto de estallar... Pero recuerdo que debo relajarme y no aferrarme demasiado a ella, y entonces fluye a través de mí como la lluvia y no siento otra cosa que gratitud por cada instante de mi estúpida y pequeña vida... No tienes idea de lo que estoy hablando. Pero no te preocupes... algún día la tendrás."




Gracias a Sam Mendes por este magnífico monólogo en su película American Beauty pero, sobre todo, gracias a ti por enseñármelo y por formar parte de mi estúpida y pequeña vida :)

25 de octubre de 2011

José Andrea se despide.

Sí, es cierto. Jose deja Mägo de oz. Hace apenas 2 días que se hizo oficial esta noticia. Sin palabras. Así es como estamos todos los fans. Después de 16 años Mägo ya nunca volverá a ser lo mismo. Sus problemas de salud posiblemente le hayan empujado a tomar esta decisión. ¿Y ahora qué? El grupo tenía pensado tomarse un año sabático tras la trilogía de Gaia que comenzaría al terminar su gira por Latinoamérica y los 3 últimos conciertos de Madrid, Barcelona y Bilbao, este último interrumpido a la mitad. Muchos opinan que esto será el fin de Mägo. Que mejor morir en la cumbre que alargar una carrera que ya nunca volverá a ser tan extraordinaria. El propio Jose ha anunciado con un cariño especial a sus fans que todos los ciclos tienen un principio y un final, y que el suyo ha llegado. Pero también que no puede despedirse de otra forma que cantando. Dando vida a Mägo en sus últimos momentos como miembro, aunque para todos él siempre será "la voz". No me queda más que desearle toda la suerte del mundo en la nueva etapa que comienza para todos. Por supuesto, estaremos de nuevo en Barakaldo en su concierto de despedida, dejándonos el alma y la voz con él. ¡Tus cabrones no te olvidan!


"ha llegado la hora
de que andéis el camino ya sin mi,
hay tanto por lo que vivir"

19 de octubre de 2011

De principio a fin.

Un comienzo. Felicidad. Eso que todos ansiamos y que muy pocos encuentran. Es lo que siento yo ahora mismo. Pero no durará. Es un momento. Tan sólo un segundo en el que me siento feliz. ¿Tengo motivos? Realmente no. O sí. No lo sé. Eso es lo que me ocurre. No sé si a los demás les sucederá. Un fugaz instante en el que te encuentras sólo y que un simple pensamiento, compañía, olor, pueden hacer que sonrías sin motivo aparente. Aunque, ¿es eso la verdadera felicidad? Tampoco lo sé. Ni sé si quiero saberlo. Tan sólo sé que me gusta. Es mío. Mi momento en el que soy yo. Sólo yo. No siempre fue así. El comienzo de mi historia es más bien agridulce. Una de cal y otra de arena. Las lágrimas se abrían camino entre las carcajadas mucho más a menudo de lo que hubiera deseado. Amor. Amistad. Odio. Sí, he experimentado el odio. Peligroso. Muy peligroso lo cercano que está del amor. Ambos son sentimientos fuertes separados por una delgada línea. Todos te dirán que odiar es demasiado duro. Que no deberías hacerlo. Pero yo me pregunto, ¿y por qué no? Y no sólo el odio. Tristeza. Dolor. Son importantes. ¿Cómo si no íbamos a saber diferenciar el amor, la alegría o la felicidad? Te contaré un secreto. Para querer hay que saber sufrir. En los malos momentos, a mí me gusta pensar que ya vendrán tiempos mejores. Que si ahora toca sufrir puede que mañana toque disfrutar. O pasado. Cuando sea. Otros te dirán es el karma. El yin y el yang. ¿Que en todo lo malo hay algo bueno? Puede. Quizás. Pero no es en eso en lo que debes pensar. Piensa que ese momento formará parte de tu vida. Tu historia. Hay que vivir, aunque la vida implique muchos riesgos. Con valentía, fuerza y dedicación, tanto tú como yo conseguiremos que en nuestro último suspiro podamos pensar que todo ha merecido la pena.

Yo. Miss Rock. La gente no me conoce por ese Nick, pero mi nombre también empieza por M. Soy alta, morena y tengo unos ojos verdes idénticos a los de mi madre. Soy orgullosa. Mucho. Y eso me ha traído muchos problemas. Pero no puedo hacer nada. Odio perder. Fallar. No lograr lo que se esperaba, o yo esperaba de mi. También estudio Medicina. Sin total vocación, todo hay que decirlo. Pero yo diría que académicamente hablando me llena. Y me divierte. Y puede que el día de mañana me dedique a salvar vidas, pero eso está aún muy lejos. Soy hija única. Bendición o maldición. Ni yo misma lo sé. Me gusta salir. La noche. Quizás demasiado. Pero eso tampoco puedo cambiarlo. Siempre digo que soy nocturna, como los búhos. Es durante la noche cuando soy yo misma. Adoro pasar tiempo con las personas importantes para mí, pero tampoco tengo ningún problema en estar sola. Lo llevo bien. Pienso que cuando aprecies de verdad la soledad será cuando disfrutes de una buena compañía.

Ellas. Suena un poco típico, pero lo son todo. T-O-D-O. En los buenos momentos las recuerdo ahí, y en los malos también. Y aún sin estar físicamente juntas, sé que una parte de ellas siempre la llevaré dentro de mí. Tan grandes. Tan especiales. Esas personas que dejan huella allá donde van. Esas son ellas.

Ellos. Ahora mismo no me siento preparada para hablar de un él en particular, así que hablaré en general. Innumerables veces son la razón de nuestros llantos. Nos hacen sufrir más de lo que nos gustaría, pero también nos hacen sentir cosas que de otra forma sería imposible. Nos sentimos vulnerables ante ellos. Nos tiemblan las piernas. Sonreímos. Calor. Mirada. Sudor. Gesto nervioso. Caricia. Beso.

Una afición. La música. Sin ninguna duda. Tal vez te parezca muy común y predecible, pero te diré algo. No es la música de forma convencional. Es la música con mayúsculas. Esa con la que se te eriza el vello. O lloras desconsoladamente. O ríes. O sientes que puedes con cualquier obstáculo que se te ponga por delante. A eso es a lo que yo llamo música. Y no a cuatro notas mal puestas adornadas con una cara bonita. La verdadera música no tiene nada que ver con estereotipos, modas ni política. Es aquella que te llega al alma. Que te hace sentir. Pero no me enrollaré más. Espero que sepas de lo qué te hablo.

Una canción. Este apartado es inconstante. Depende de miles de cosas. Si me preguntas esto ayer seguramente tendrías una respuesta diferente. Pero hoy tengo que admitir que esa canción que me arranca una sonrisa y me pone en pié aunque no quiera no es otra que “molinos de viento” de Mägo de oz. Deberías escucharla si no lo has hecho ya. No hay una igual. Es el optimismo hecho canción. La pura verdad. “Bebe, danza, sueña, siente que el viento ha sido hecho para ti. Vive, escucha y habla usando para ello el corazón. Siente que la lluvia besa tu cara cuando haces el amor. Grita con el alma, grita tan alto, que de tu vida tú seas amigo el único actor.” Increíble. Da que pensar. Aunque puede que mañana sea otra la que ocupe mis pensamientos y mis horas de mp3 ininterrumpidas. Quién sabe.

Un libro. Os desvelaré uno de mis mayores secretos. Este libro cambió mi vida. Nunca he encontrado ni encontraré un libro igual. Lo sé. Puede que ni siquiera sea un buen libro, pero para mí los significó todo. Tal vez no debiera desvelar cuál es. Seguir manteniéndolo en secreto. Déjame que me lo piense… está bien, tú ganas. “El anillo del príncipe”. Ya está. Ahí lo tienes. No recuerdo el nombre del autor. Ni siquiera recuerdo exactamente la historia. Lo único que sé es que me enamoré perdidamente del protagonista. Sí, es posible. Enamorarse del personaje de un libro. Puede parecer infantil, y lo será. Yo era una niña cuando lo leí. Podría haberlo releído para descubrir por qué ese libro significó tanto para mí. Pero nunca he tenido valor. No quiero descubrir que sea una historia insustancial o predecible. Que no digo que lo sea. Podría serlo. O no. En cualquier caso, prefiero quedarme con mis recuerdos. Los recuerdos de una niña.

Un olor. A campo.

Un lugar. Hay tantos… ¿Podría saltarme las reglas y decir más de uno? Me gusta mi pueblo. Pero también me gusta París. Es una ciudad mágica. Y si me pusiera a hacer memoria seguramente se me ocurrirían muchos más. Son todos o ninguno.

El problema que cambió mi vida. Esto es más complicado. Difícil. No sé si me apetece hablar de ello. No entraré en detalles, pero por mucho que quiera negarlo siempre está ahí. Y ahí va a seguir. Consumiéndome poco a poco por dentro. Desde que tengo memoria todos mis recuerdos están vinculados a ello. Algo que me hace sufrir y espero que también aprender. Y así el día de mañana saber hacer las cosas bien, o por lo menos andar con pies de plomo. Sobre todo no cometer errores de esos que te arrastran toda la vida. Y a los demás. No son comunes, pero los hay. Yo lo sé.

Un adiós. ¿Cómo despedirme después de haber compartido una pequeñísima parte de mí? Por supuesto, todo tiene un final. Y esto también. Aunque todo final también conlleva un comienzo. El comienzo de otra parte de mi vida. Otra historia nueva que recordar.

Velkommen til Norge.

Noruega. Frío. Nieve. Más frío. Ahi me dirijo para un viaje de fin de semana. Supone que volveré congelada y que os abandono unos días. Como siempre, volveré. Y seguramente traiga algo del frío nórdico que pareciera que estamos en primavera. Klem!

15 de octubre de 2011

La única causa perdida es la que se abandona.

Son palabras de Mägo de oz. Si ya pensaba que eran unos grandes, ahora lo sé con seguridad. Y lo sé porque ayer, cuando ni siquiera habían llegado a la mitad del concierto en Barakaldo, una tierra que siempre ha estado con ellos, la voz de Jose se quebró y no puedo continuar. Tras un largo silencio, y con el público ya incómodo por la tardanza, tuvieron que salir y hacer frente a la situación: el concierto no podría finalizar tal y como estaba previsto.
Pero ellos no nos dejaron con las ganas, somos sus "cabrones" y dijeron que no abandonaban. Que tocarían solos o lo que hiciera falta, pero que no se iban a ir de allí. Nosotros, el público, en lugar de enfadarnos, cosa que hubiera sido totalmente lícita, les dedicamos una gran ovación, y continuamos con más ganas si cabe. Salió a cantar Patri, compañera de Jose en algunas canciones, no sin antes pedir perdón por su osadía. Hay que decir que confundió la letra en alguna ocasión, pero no podemos culparla. Al fin y al cabo, la situación nos cogió a todos por sorpresa. Incluso el mismísimo Txus se animó a cantar alguna estrofa a petición del público, enloquecido. Saltaron algunas canciones y fueron directamente a las últimas, las más conocidas y aplaudidas. Ellos nos pidieron ayuda para cantar y no les defraudamos. Perdieron un vocalista pero ganaron alrededor de mil. Todos cantando al unísono esas letras que tanto significan para nosotros. Apenas se escuchaba a Patri. Nos dejamos los pulmones y el alma, pero mereció la pena al ver las caras de alivio de los demás integrantes del grupo. Entre todos habíamos salvado un concierto que hubiera podido acabar muy mal.
A pesar de todo, afirmaron que el concierto se repetiría, pero que si alguien quería que le devolvieran el dinero de la entrada estaba en su total derecho. No vi a nadie hacerlo. Tras una "fiesta pagana" muy enérgica y emocionante fue la despedida. Pero no fue un adiós, sino un hasta luego. Hasta que Jose se recupere y puedan volver para terminar lo que empezaron. Desde aquí sólo me queda desearle a Jose una pronta recuperación, y a todos los fans que no se disgusten, que volveremos a vernos todos con fuerzas renovadas. Con más ganas de Mägo.


"La oscuridad se iluminó, la risa rompió a llorar"

"Vivo cada vez que habláis de mi, y muero otra vez si lloráis"


"Si puedes definir el odio o el amor, amigo que desilusión"
"No todo es blanco o negro: es gris. Todo depende del matiz"

7 de octubre de 2011

Un último mordisco a la manzana.

Por Steve Jobs que tantas manzanas ha repartido y vendido a lo largo de su vida. Por ese invento que ha revolucionado la tecnología. Y por que las manzanas no dejen de crecer. 

4 de octubre de 2011

A couple, a team.

Una pareja no son sólo dos personas que se besan y se dan la mano por la calle. Una pareja es un equipo, un conjunto indestructible que está para lo bueno y para lo malo. Hay que confiar ciegamente en la otra persona. Saber que todo lo que hace, lo hace porque cree que es bueno para la relación. Evidentemente, la atracción física es necesaria, pero una compenetración con miradas y con gestos es algo que sale solo y es del todo necesario, incluso imprescindible.
La decisión de empezar una relación con alguien no es fácil. Cuesta saber si es él el que merece tus sonrisas y tus lágrimas. A veces nos empeñamos en tomar decisiones precipitadas cuando lo que hace falta es conocerse. Darse tiempo. Hacer que la otra persona sienta las cosas poco a poco. Que se vaya enganchando paulatinamente y si es si darse cuenta, mejor. Hasta que llegue el día en el que se dé cuenta de lo que puede perder. ¿Y si no se da cuenta? Es que nunca supo apreciar lo que tuvo.
Yo tuve la suerte de que él se diera cuenta de lo que podía perder. Que decidiera que le compensaba intentarlo. Y a todo el mundo le puede pasar. A lo mejor queremos creer que la otra persona es la indicada, pero nos podemos equivocar. A lo mejor es un obstáculo en el camino de la felicidad.

1 de octubre de 2011

Marea alta

Por fin, ya está a la venta el nuevo disco de Marea. Después de 4 años, "En mi hambre mando yo" ve la luz.

26 de septiembre de 2011

Tiempo.

Efímero. Pasajero. Indefinido. A veces pasa a la velocidad de la luz y otras tan despacio que podrías contar las centésimas de los segundos. Así es el tiempo. Aquello que todos buscamos: tiempo para salir, para divertirnos, para estudiar, y que pocas veces empleamos todo el que nos gustaría en ello. También nos inspira miedo. Inseguridad. Al mañana. Bueno no, a la ignorancia del mañana. A no saber qué ocurrirá y no sentir que controlas la situación. A que pase sin pena ni gloria mientras pensamos que vivimos pero no es así. En definitiva, siempre va con nosotros de la mano para bien o para mal.
¿A quién no le ha respondido nunca la persona querida que necesita tiempo? Como excusa también es muy buena. Mi historia es algo parecido, aunque no comparable con cualquier otra historia, porque cada una es única. Especial. El comienzo no es muy mágico que digamos. Ahorraré el tema de las redes sociales. Sólo diré que me enamoré de él sin haberle visto en persona. Sí, es posible. Bueno enamorar no, o sí, no lo sé muy bien. El caso es que en un mundo superficial yo me quedé prendada de sus palabras. Sentimientos. Cosas en común. Todo marchaba muy bien. Una noche quedamos y ha sido una de las mejores de mi vida, si no la mejor. Él y yo sólos, sin un mañana ni un pasado. Sin nadie que supiera donde estábamos ni con quién. Él y yo. Pero al cabo del tiempo todo se complicó. A mi me gusta echarle la culpa a la distancia, que no niego que tenga su parte, pero no es por ella. No sé muy bien por qué es, pero no estamos juntos. Ambos nos gustamos, de eso estoy casi segura, pero por nuestras circunstancias (sobre todo las suyas), no tenemos una relación. Al menos como tal.
Confianza. respeto. Atracción. Se podría decir que cumplimos los requisitos para ser pareja pero no lo somos. Me dijo que ahora mismo no puede ser. Ahora. Otra vez el maldito tiempo a vueltas. Pero también es él el que me dará una oportunidad. Y es que nadie lo controla. Nadie sabe qué pasará, cómo ni cuándo, así que en un futuro, cuando nuestras situaciones cambien, podría pasar algo. O quizás no. De todas formas, es el tiempo el que me da fuerzas para seguir. Para luchar por lo que pueda darnos o quitarnos, pero morir sabiendo que hemos vivido cada segundo a flor de piel, hemos luchado por lo que queríamos y, conseguido o no, lo hemos hecho bien.
Tras estas líneas le devuelvo el poder al tiempo. El poder de encaminar nuestra vida, y de quitarnos algo de responsabilidad sobre ella. Y sobre él, la persona que ha ocupado todos mis pensamientos últimamente, no puedo hacer nada más, el tiempo dirá.

21 de septiembre de 2011

De primavera a otoño pasando por verano.

Ha llegado para quedarse durante 3 meses. Otoño. Hojas cayéndose de los árboles. Lluvia y viento. Bienvenido sea con una sonrisa, una buena taza de chocolate caliente... ¡y un paraguas!





 

16 de septiembre de 2011

Time for a revolution!

Desde luego estas últimas semanas no han sido las mejores que recuerdo. Quizás el final del verano ha sido el precipicio del que me negaba a tirarme. Quizás la rutina me agobia más de lo que quiero reconocer o simplemente las cosas no han seguido el camino esperado. Solo se que la apatía me ha consumido lentamente y mi habitual sonrisa se ha visto sustituida por tajantes palabras y relaciones descuidadas.
Pero la vida es para los valientes. Hay que dibujarse una sonrisa y pensar que las cosas inevitablemente solo pueden mejorar. Todos los de alrededor se merecen la alegría que soy capaz de trasmitir. Y es que no es por mí. Es por ellos.
Y sí, es inútil negarlo, todos tenemos malas épocas. Pero ha llegado el momento de echarle un pulso a la vida… y ganarlo.

8 de septiembre de 2011

Wake me up when September ends.

Sumida en la más triste y perezosa de las rutinas y sin ideas. Cuanto cuesta volver. Echas de menos a gente y el reencuentro es bonito, pero no es suficiente recompensa. Madrugones, apuntes, exámenes. Septiembre vuelve y no parece que esté muy dispuesto a colaborar. Es más, parece incluso dispuesto a fastidiar. Pero hemos de superarlo. Hay que buscar la vía de escape. Bien una tarde de cotilleos con amigas, bien una tarde de compras incesantes.

Y con septiembre llega el otoño. Sinceramente, me gusta el otoño. No lo que supone pero sí como estación. Hojas marrones cayendo de árboles, lluvia, viento, botas, gorros, paraguas... Dicen que este año se llevan los colores de la gama crudo-marrón. Suena muy a otoño, pero no lo se. Lo que sí se es que se lleva la música. Esa no tiene ni estación ni vueltas. Es eterna. David Guetta ya tiene nuevo disco, Italobrothers nuevo single, Rihanna se pasará por Madrid y Barcelona para dar dos conciertos, Freddie ha cumplido años, Bruno Mars colabora con otros artistas y sorprende de nuevo, Katy Perry le da un nuevo toque a su recién estrenado videoclip. Por ellos, que hacen de septiembre un mes más llevadero, y por Green Day que nos dejó la maravillosa canción de "Wake me up when September ends". Y que nadie nos despierte, por favor.

5 de septiembre de 2011

¡Feliz cumpleaños!



Hoy, pese a mi falta absoluta de inspiración, me siento obligada a escribir. Y no es que a mi me haya sucedido nada especial. Al mundo entero le sucedió algo especial hace exactamente 65 años. Y es que ese día fue el que nació una grandísima estrella del rock. Fue vocalista de Queen, aunque también destacó por su carrera en solitario. Tengo una especial admiración por él debido a que su homoxesualidad, en una época más chapada a la antigua que la actual, no fue un obstáculo para deleitar al público con su música. Era VIH positivo y eso le trajo muchas complicaciones en el terreno personal, aunque no salpicaron al profesional. Muchas de sus canciones son una inspiración para el rock moderno. Tras su fatídica muerte en 1991 por una complicación de una neumonía, deja un legado de canciones que todo el mundo conoce como "We are the champions", "Show must go on" o "We will rock you" o más desconocidas pero no por ello peores como "Bohemian Rhapsody" o "Don't stop me now". Me he obligado a mi misma a elegir 3 de ellas, cosa que no ha sido fácil, pero aquí están, al fina del post. Cabe destacar que "Bohemian Rhapsody" no tiene una estructura de canción cualquiera. Cuenta con numerosos coros y cambios de tono que dejan sin respiración. "Show must go on" era otra obligada. Representa la lucha, la necesidad de seguir adelante, el show debe continuar pese a todo. Y, por último, "I want to break free". Esta canción fue más que famosa por su video en el que los integrantes del grupo aparecen vestidos de mujer. Pero ello no eclipsa la grandeza de la canción.


Tan sólo en Estados Unidos Queen vendió más de 32 millones de copias de sus discos, la mitad de ellas tras la muerte del vocalista. Sus directos con una vestimenta no muy corriente eran espectaculares, y aunque ya nunca podremos volver a gozar de ellos, actualmente el grupo Dios salve a la reina realiza un tributo nada despreciable a Queen.

Este recordatorio es algo insignificante, pero es todo lo que se puede hacer en ua época de dudosa calidad musical en la cual poca gente sabe apreciar los acordes, cada nota de los instrumentos, cada respiración del vocalista. Espero no ser la única que al escuchar una verdadera canción le dan escalofríos al escuchar los espectaculares solos de guitarra y no puede evitar cantar esas estrofas que pasan desapercibidas para el oído inexperto. Sentirla.

Voy a hacer una leve mención a los amigos que me descubrieron la música de verdad. Vosotros sabéis quienes sois, y no estaría escribiendo esto sin vuestras insistencias en ponerme videos y canciones increíbles.

Pero no quiero desviar la atención de Queen, ni del genio al que hoy rendimos homenaje. Freddie. El gran Freddie Mercury. Estés dnde estés quiero desearte feliz cumpleaños y darte las gracias por haber existido :)



25 de agosto de 2011

Welcome to my life.


Una introducción. Lágrimas. Se arrastran desde mis ojos hasta mi barbilla. Son como pequeños diamantes afilados que arañan mi piel. Pronto dejarán de serlo. Y os preguntareis por qué. Por qué lloro. Nadie llora sin motivos. Os confesaré algo; yo sí. A veces lloro. Sin más. Porque sí. Porque lo necesito o simplemente porque me da la gana. ¿Qué importa? Lo importante es saber llorar cuando nadie te ve. Sola. Con una almohada o en situaciones extremas un cojín o incluso un oso de peluche. Que más da. El caso es llorar. Derramar una parte de nuestra alma con la mirada. Sí, eso hacemos. Pero tengo otro secreto. ¿Otro? Y otros miles. Se reír. De hecho, se reír hasta que me duelen las mejillas. Se reír hasta cuando algo no me hace gracia. Claro que el problema es que a veces, la risa fingida cuesta. Pero, tranquilos, ese no es mi estilo. Soy más de reírme con motivos (al contrario que cuando lloro). También me gusta sonreír. O reír sin carcajada, sin ruido, como prefieras. Bueno, no me gusta especialmente, pero a él si le gusta, y con eso me basta. ¿Él? Eso ya es otra historia que más adelante retomaré. No hay prisa. Es más, la prisa me pone nerviosa y de mal humor y, créeme, no me quieres de mal humor. Ni de lejos, ni aunque tu vida dependiera de ello me querrías ver enfadada. Pero hay alguien que lo ha conseguido. Como ya habrás adivinado, eso también es otra historia. Te puedo asegurar que nadie volvió a ser el mismo después de que yo me enfadara. No fue un enfado adolescente que se pasa en dos minutos o menos. No fue una pataleta de niño que no consigue lo que quiere ni un disgusto de unos padres decepcionados con el comportamiento de un hijo. No. Decididamente, no. Aquel fue un enfado de verdad que cambiaría mucho las cosas. De todas formas… ¡Qué estoy haciendo! No me dejéis que os desvele más cosas de la historia. Obligadme a presentarme, a decir quien soy, de donde vengo y a donde voy. Obligadme porque de lo contrario, nunca más sabréis nada más de mí. Y puedo resultar hasta interesante. Bueno, solo a veces.

Yo. Soy morena, de estatura media, ojos azules y estoy dando mis últimas pinceladas como adolescente revolucionada. ¡Qué típico! Eso lo ve todo el mundo, y no sería lógico seguir ese camino cuando lo que realmente deseáis saber es como soy por dentro. Lo que me mueve. Esos pequeños detalles que a la gente se le escapan. Posiblemente haya alguien que los haya notado, pero no estoy segura.
A veces, nos dicen; descríbete con una sola palabra. Y que complicado es, ¿verdad? Lo es, no te lo voy a discutir. Incluso te puedo decir que soy incapaz de encontrar dicha palabra. Seguiré buscando. Mientras tanto te digo que soy cabezota. A más no poder. Trae problemas y suele venir acompañado de orgullo, pero hay cosas que no tienen remedio. Me gusta escuchar más que ser escuchada. Supongo que es porque nunca me ha gustado contar mis problemas por alguna razón que aún desconozco. Pero, modestia aparte, se me da bien eso de escuchar. Sí. Hasta me gusta. Escuchar y opinar. Sentir que ayudo en algo. También puedo ser simpática. Pero no me pidas que lo sea si tú no lo eres conmigo. Eso sí que no. El desprecio y las malas formas me pueden llegar a enfadar más incluso que la prisa, así que ándate con ojo si me vas a despreciar; no te conviene. Pensándolo bien, no lo hagas.
Supongo que debería de decir que soy estudiante de medicina. Sí, lo sé. Yo tampoco se en lo que estaba pensando al decidirlo. Pero viene de lejos. Y las vocaciones están para algo. Me roba tiempo y me regala disgustos, gratis, porque sí. Pero me gusta. Mucho. Muchísimo. Así que seguiré con ello. Cueste lo que cueste que se suele decir. Y a eso voy. A intentar ser un médico y no solo de los que receta ibuprofenos. La traumatología me fascina, como tantas otras cosas. Pero no voy a entrar en tecnicismos. No hace falta.

Ellas. Todo. Siempre. No sería lo mismo sin mis amigas. Hay buenos momentos y malos, hay risas y enfados. Pero al final, siempre ellas. A veces cuesta que todo el mundo esté contento. Se dan circunstancias que cambian el curso de las cosas, pero he de decir que no hay problema lo suficientemente grande como para separarnos. Hay etapas y a veces amigos de siempre se distancian. Créeme cuando te digo que a pesar de todo, no se olvidan. También llegan amistades nuevas. Les coges cariño en poco tiempo, y te transmiten la confianza necesaria para sentirte segura. Y luego está la amiga de siempre. La que está para tanto para abrazarte como para salir de fiesta. A la que se lo cuentas todo sin dudarlo un segundo siquiera. Te ayuda y acabas creyendo que 15 años se quedan cortos para todo lo que queda por vivir.

Él. Esto es más largo. O más corto. Lo puedo resumir en que se ha convertido en todo. Pero os regalaré alguna cosa más. Me siento generosa. Hay millones de formas de empezar una historia. Nuestra primera página empezó con una canción. Una canción que lo cambió todo. A la canción le siguió el comienzo de una amistad que duraría casi tres meses. Un amigo, un tesoro. Pero que inconformistas somos los humanos. Siempre queremos más. Y a mí, no me bastó con el tesoro. Fue entonces cuando me di cuenta de que cerebro y corazón son dos máquinas que actúan por separado. Mi cerebro decía que siendo amigos la cosa iba bien. Era suficiente y evitaría muchos sufrimientos. Por llevar la contraria, mi corazón daba tumbos cada vez que estaba con él, por no entrar en más detalles que ya me canso de escribir. Cosas del destino, (o no) la amistad precedió una oportunidad. Oportunidad en la que hoy sigo envuelta. Te diré algo más. Oportunidad de la que no quiero salir. Que me llena los días. Es bonito. Es dulce. Te cambia. Te hace mejor persona. Y descubres cosas que no sabías que existían. ¿Eso es posible? Lo es. Vaya que si lo es. Danzas y revoloteas por nuevos mundos. Tienes a alguien que se preocupa por ti. Que te cuida. Eso no puede ser un tesoro. Al fin y al cabo un tesoro es algo que se ve. Pero, por si aun no lo tenías claro, el amor no se ve. Es invisible y solo si lo sientes sabes que existe. Una cosa te voy a decir (ya para acabar con esta historia); el amor vale más que un millón de tesoros juntos. Creo yo que merece la pena.

Una afición. Por ir en contra del título, me permito el lujo de decir dos. Leer y escribir. Lo de escribir viene siendo algo evidente, si no, no te estaría metiendo este rollo. Leer es algo que me ha gustado siempre. Y no estas chapuzas modernas de leer en una pantalla. No. Sentir el peso del libro y ver como las hojas van cambiando de color según las pasas. Eso es leer. Y ahora me dirás; recomiéndame un libro. Pero… ¿uno solo? Hay millones. Venga, uno reciente; “La ladrona de libros”.  

Un color. Azul.

Un olor. Hierba recién cortada.

Un sonido. La brisa marina.

Una ciudad. Londres. (Te diría algo más exótico y lejano como Nueva York, Sydney o Tokio, pero mientras no las conozca no debería. A lo mejor me decepcionan.)

Una canción. Me salto las normas de nuevo. Tres. “Boulevard of broken dreams” (Green Day), “Welcome to my life” (Simple Plan) y “Living on a prayer” (Bon Jovi)

Un número. 14

El problema que lo cambió todo. Ahora seguramente te voy a decepcionar. Seguramente no. Con certeza. Pero hay cosas que no conviene tocar. No te voy a contar el problema. Ni tampoco la solución. Ni quién lo causó. Ni cómo. Tampoco cuando. Sólo te puedo decir que el tiempo todo lo cura. Quizás algún día el problema se desvanezca con la misma facilidad que lo hace el verano. Pero solo quizás. Y que conste que ese quizás va cargado de esperanza.

Una despedida. Hasta pronto. Y date por satisfecho, que esto significa que volveré. No sé cuando, pero lo haré. Y una promesa, es una promesa.


17 de agosto de 2011

Punto y seguido.

Verano. Vacaciones. Sol. Playa. Arena. Piscina. Mar. Barcos. Tequila sunrise. Azul. Crema bronceadora. Gafas de sol. Postales. Recuerdos. Amigos. Él. Amarillo. Piña colada. Evasión. Familia. Toalla. Luna. Lluvia de estrellas. Reflexión. Cargar pilas. Agua. Cubitos de hielo. Surf. Volley playa. Verano.