26 de septiembre de 2011

Tiempo.

Efímero. Pasajero. Indefinido. A veces pasa a la velocidad de la luz y otras tan despacio que podrías contar las centésimas de los segundos. Así es el tiempo. Aquello que todos buscamos: tiempo para salir, para divertirnos, para estudiar, y que pocas veces empleamos todo el que nos gustaría en ello. También nos inspira miedo. Inseguridad. Al mañana. Bueno no, a la ignorancia del mañana. A no saber qué ocurrirá y no sentir que controlas la situación. A que pase sin pena ni gloria mientras pensamos que vivimos pero no es así. En definitiva, siempre va con nosotros de la mano para bien o para mal.
¿A quién no le ha respondido nunca la persona querida que necesita tiempo? Como excusa también es muy buena. Mi historia es algo parecido, aunque no comparable con cualquier otra historia, porque cada una es única. Especial. El comienzo no es muy mágico que digamos. Ahorraré el tema de las redes sociales. Sólo diré que me enamoré de él sin haberle visto en persona. Sí, es posible. Bueno enamorar no, o sí, no lo sé muy bien. El caso es que en un mundo superficial yo me quedé prendada de sus palabras. Sentimientos. Cosas en común. Todo marchaba muy bien. Una noche quedamos y ha sido una de las mejores de mi vida, si no la mejor. Él y yo sólos, sin un mañana ni un pasado. Sin nadie que supiera donde estábamos ni con quién. Él y yo. Pero al cabo del tiempo todo se complicó. A mi me gusta echarle la culpa a la distancia, que no niego que tenga su parte, pero no es por ella. No sé muy bien por qué es, pero no estamos juntos. Ambos nos gustamos, de eso estoy casi segura, pero por nuestras circunstancias (sobre todo las suyas), no tenemos una relación. Al menos como tal.
Confianza. respeto. Atracción. Se podría decir que cumplimos los requisitos para ser pareja pero no lo somos. Me dijo que ahora mismo no puede ser. Ahora. Otra vez el maldito tiempo a vueltas. Pero también es él el que me dará una oportunidad. Y es que nadie lo controla. Nadie sabe qué pasará, cómo ni cuándo, así que en un futuro, cuando nuestras situaciones cambien, podría pasar algo. O quizás no. De todas formas, es el tiempo el que me da fuerzas para seguir. Para luchar por lo que pueda darnos o quitarnos, pero morir sabiendo que hemos vivido cada segundo a flor de piel, hemos luchado por lo que queríamos y, conseguido o no, lo hemos hecho bien.
Tras estas líneas le devuelvo el poder al tiempo. El poder de encaminar nuestra vida, y de quitarnos algo de responsabilidad sobre ella. Y sobre él, la persona que ha ocupado todos mis pensamientos últimamente, no puedo hacer nada más, el tiempo dirá.

21 de septiembre de 2011

De primavera a otoño pasando por verano.

Ha llegado para quedarse durante 3 meses. Otoño. Hojas cayéndose de los árboles. Lluvia y viento. Bienvenido sea con una sonrisa, una buena taza de chocolate caliente... ¡y un paraguas!





 

16 de septiembre de 2011

Time for a revolution!

Desde luego estas últimas semanas no han sido las mejores que recuerdo. Quizás el final del verano ha sido el precipicio del que me negaba a tirarme. Quizás la rutina me agobia más de lo que quiero reconocer o simplemente las cosas no han seguido el camino esperado. Solo se que la apatía me ha consumido lentamente y mi habitual sonrisa se ha visto sustituida por tajantes palabras y relaciones descuidadas.
Pero la vida es para los valientes. Hay que dibujarse una sonrisa y pensar que las cosas inevitablemente solo pueden mejorar. Todos los de alrededor se merecen la alegría que soy capaz de trasmitir. Y es que no es por mí. Es por ellos.
Y sí, es inútil negarlo, todos tenemos malas épocas. Pero ha llegado el momento de echarle un pulso a la vida… y ganarlo.

8 de septiembre de 2011

Wake me up when September ends.

Sumida en la más triste y perezosa de las rutinas y sin ideas. Cuanto cuesta volver. Echas de menos a gente y el reencuentro es bonito, pero no es suficiente recompensa. Madrugones, apuntes, exámenes. Septiembre vuelve y no parece que esté muy dispuesto a colaborar. Es más, parece incluso dispuesto a fastidiar. Pero hemos de superarlo. Hay que buscar la vía de escape. Bien una tarde de cotilleos con amigas, bien una tarde de compras incesantes.

Y con septiembre llega el otoño. Sinceramente, me gusta el otoño. No lo que supone pero sí como estación. Hojas marrones cayendo de árboles, lluvia, viento, botas, gorros, paraguas... Dicen que este año se llevan los colores de la gama crudo-marrón. Suena muy a otoño, pero no lo se. Lo que sí se es que se lleva la música. Esa no tiene ni estación ni vueltas. Es eterna. David Guetta ya tiene nuevo disco, Italobrothers nuevo single, Rihanna se pasará por Madrid y Barcelona para dar dos conciertos, Freddie ha cumplido años, Bruno Mars colabora con otros artistas y sorprende de nuevo, Katy Perry le da un nuevo toque a su recién estrenado videoclip. Por ellos, que hacen de septiembre un mes más llevadero, y por Green Day que nos dejó la maravillosa canción de "Wake me up when September ends". Y que nadie nos despierte, por favor.

5 de septiembre de 2011

¡Feliz cumpleaños!



Hoy, pese a mi falta absoluta de inspiración, me siento obligada a escribir. Y no es que a mi me haya sucedido nada especial. Al mundo entero le sucedió algo especial hace exactamente 65 años. Y es que ese día fue el que nació una grandísima estrella del rock. Fue vocalista de Queen, aunque también destacó por su carrera en solitario. Tengo una especial admiración por él debido a que su homoxesualidad, en una época más chapada a la antigua que la actual, no fue un obstáculo para deleitar al público con su música. Era VIH positivo y eso le trajo muchas complicaciones en el terreno personal, aunque no salpicaron al profesional. Muchas de sus canciones son una inspiración para el rock moderno. Tras su fatídica muerte en 1991 por una complicación de una neumonía, deja un legado de canciones que todo el mundo conoce como "We are the champions", "Show must go on" o "We will rock you" o más desconocidas pero no por ello peores como "Bohemian Rhapsody" o "Don't stop me now". Me he obligado a mi misma a elegir 3 de ellas, cosa que no ha sido fácil, pero aquí están, al fina del post. Cabe destacar que "Bohemian Rhapsody" no tiene una estructura de canción cualquiera. Cuenta con numerosos coros y cambios de tono que dejan sin respiración. "Show must go on" era otra obligada. Representa la lucha, la necesidad de seguir adelante, el show debe continuar pese a todo. Y, por último, "I want to break free". Esta canción fue más que famosa por su video en el que los integrantes del grupo aparecen vestidos de mujer. Pero ello no eclipsa la grandeza de la canción.


Tan sólo en Estados Unidos Queen vendió más de 32 millones de copias de sus discos, la mitad de ellas tras la muerte del vocalista. Sus directos con una vestimenta no muy corriente eran espectaculares, y aunque ya nunca podremos volver a gozar de ellos, actualmente el grupo Dios salve a la reina realiza un tributo nada despreciable a Queen.

Este recordatorio es algo insignificante, pero es todo lo que se puede hacer en ua época de dudosa calidad musical en la cual poca gente sabe apreciar los acordes, cada nota de los instrumentos, cada respiración del vocalista. Espero no ser la única que al escuchar una verdadera canción le dan escalofríos al escuchar los espectaculares solos de guitarra y no puede evitar cantar esas estrofas que pasan desapercibidas para el oído inexperto. Sentirla.

Voy a hacer una leve mención a los amigos que me descubrieron la música de verdad. Vosotros sabéis quienes sois, y no estaría escribiendo esto sin vuestras insistencias en ponerme videos y canciones increíbles.

Pero no quiero desviar la atención de Queen, ni del genio al que hoy rendimos homenaje. Freddie. El gran Freddie Mercury. Estés dnde estés quiero desearte feliz cumpleaños y darte las gracias por haber existido :)