14 de diciembre de 2011

Who said.

"Es imposible", dijo el orgullo.
"Es arriesgado", dijo la experiencia.
"No tiene sentido", dijo la razón.
"Inténtalo", susurró el corazón.

9 de diciembre de 2011

All I want for Christmas is no Christmas.

Luces. Más luces. Pinos. Abetos. Regalos. Gente. Compras. Nieve. Odio la Navidad. Miento, odio la pre-Navidad. Todo el jaleo que se monta alrededor de ella mientras algunos aún estamos de exámenes. Quiero que me dejen de recordar que las vacaciones se acercan. Porque me hacen los días eternos y complicados. No quiero ver el Belén ni el árbol antes del 24 de diciembre. No quiero pensar en regalos. Solo en uno... el aprobado. No quiero ver películas navideñas a todas horas. Siemplemente NO QUIERO.

8 de diciembre de 2011

¡Estoy harta de estudiar!

Folios. Apuntes y más apuntes. Es lo único que ocupa mi mesa y mi desgastada mente. Tejidos, sistema nervioso, sangre. Un sinfín de datos que memorizar a contrarreloj. Resetear el cerebro tras un examen, estudiar, examinarse y volver a empezar. Un dudoso método para retener información a largo plazo, pero es lo único que tengo. Los eritrocitos tienen una vida media de 4 meses ¡Vaya! Sólo 120 días para cumplir su función, sin ninguna otra preocupación y luego dirigirse al bazo esperando su inevitable final. Su muerte. Qué simple parece todo cuando se mira desde fuera…

4 de diciembre de 2011

Tempus fugit.

Los poetas usaban este término para referirse al paso del tiempo y la vejez y a que todo ello es inevitable y que por tanto, debermos vivir al máximo. Lo cual nos recuerda el famoso carpe diem.
Yo misma digo: "It's all about time. About which century we live in. About how many years make a century. About how many months have you lived without worrying about time. About how many minutes are left. About how many seconds make the difference between the right and the wrong thing. It's all about time."
Todo se reduce al tiempo que desearíamos tener y no tenemos. Y es que nadie regala tiempo a pesar de que la nueva película "In time" se empeñe en que sí. Ojalá alguien me regalara media hora para respirar y no pensar en nada. Un par de horas para ver a mi mejor amiga y decirle que le echo de menos pero que estaré a su lado siempre. Un minuto para recordarle a mi familia que soy la de siempre. Un segundo para mirarle a los ojos y decirle que le quiero. Tiempo. Tiempo que nadie regala.