25 de mayo de 2011

Amistad vs. Rollo

¿Qué me diríais si pregunto si alguna vez os habéis liado una noche tonta con un amigo/a? ¿O si desearíais haberlo hecho? Es uno de los grandes debates de la historia. A mi me pasó. Nos hicimos amigos en septiembre cuando empezamos la universidad y un día en una cena de clase y con un puntillo desvergonzado que sólo el alcohol puede otorgar, nos liamos. No fue nada planeado. No saltaban chispas en clase. Nada de eso. Simplemente pasó.
Al día siguiente, cuando por fin te das cuenta de lo que has hecho, empiezas a analizar la situación y haces una lista de pros y contras, aunque bastante inservible a posteriori. He aquí la mía:
PROS:
  • Me lo pasé bien.
  • fue muy bonito y espontáneo.
  • Los de clase piensan que somos unos "maestros" del ligue.
  • Siempre recordaremos esa cena.
CONTRAS:
  • Todo el mundo hablará de ello durante meses.
  • Nunca le volveré a ver igual.
  • No sé qué pasará con el grupo de amigos que tenemos en común.
  • No sé si acabaremos sintiendo algo más.
  • No sé qué pensará él.
A simple vista parece que los CONTRAS son mucho más fuertes que los PROS. Y realmente podría ser así, pero según en qué casos. El mío no pudo salir mejor. Es cierto que la gente habló de ello (o más bien cotilleó) durante meses, pero fue para bien. Nadie pensó que estuviéramos sólos y desesperados, sino que en ese momento nos pareció bien y sin más complicación.
El tópico de que nunca se le puede ver igual que antes es falso, o por lo menos lo fué en mi caso. Nos encontramos en clase, hablamos de lo productiva que fue la cena, y punto. Nuestros amigos en común no comentaron nada, y seguimos como siempre. Nadie de enamoró de nadie, ni se avergonzó de nada, ni ninguna comedura de coco de ese estilo.
En definitiva, mi conclusión de todo esto es que cada caso es un mundo, pero si en un momento el corazón, el cuerpo o la cabeza te pide que hagas algo, siempre que nadie salga perjudicado o se le haga daño, deberíamos hacerlo. Lo importante es estar a gusto con uno mismo y olvidarte de lo que piensen los demás. Desde luego, a mi me va mucho mejor desde que sólo me preocupo por lo que piensen mis seres queridos. Así que ánimo y ¡a comerse el mundo!

Summer is about to come...!

El verano está cerca, tan cerca que hasta el tiempo acompaña. Piscina, fiesta, viajes, amigos...
Y una canción que me pone de muy buen humor, me hace pensar en el verano ( y en quién me la desubrió ;) ) y me activa todas las mañanas.

23 de mayo de 2011

The way you make me feel.

Please excuse me I don’t mean to be rude… Y claro que no pretendo. Pero yo no me he metido en una relación para pasarlo mal, para derramar lágrimas amargas cuya existencia él desconoce. Dicen que nadie puede hacerte llorar y que el único que tiene derecho a robarte las lágrimas no te hará llorar. Error. Puede. Vaya que si puede. De hecho, te puede hacer llorar más que cualquier otra persona.
Relación = confianza = sacrificio. Soy de ciencias pero esta igualdad la entiende hasta el más experto de los filósofos. Es imprescindible para que algo funcione. Como diría una profesora mía, es un básico de Zara.
Y esto no quiere decir que las cosas estén mal. Están que ya es mucho pero quizás en un punto muerto que no avanza. Quizás yo exija demasiado quizás el no aporta todo lo que debería. No lo sé.
Y soñar con que un día aparecerá en la puerta de tu casa con un ramo de tus flores favoritas te coja de la mano y te diga vamos a perdernos para siempre. Quedar con él una tarde en la que no importen ni las horas ni los minutos. Salir con sus amigos y reír como hacía tiempo que no reía. Jugar como dos niños idiotas en un parque… Qué bonito es soñar. Y si a eso le añadimos el hecho de que es gratis…
Pero todos estos sueños se desvanecen con la realidad. Realidad chocante en la que me hallo inmersa cada día. Por un lado deseando que algún día haga una locura por ti. Y por otro lado enfadada o más bien distante porque no sabes cuando llegará el día. Pero solo hace falta que me mire un segundo con sus ojos para olvidarme de todo cuanto me rodea. Un segundo. No hace falta más. Y en un segundo cualquier duda de por qué estoy con él se desvanece.
Un segundo que te sirve para valorar lo que realmente tienes y darte cuenta de que nadie es perfecto. Solo tenemos que aceptarnos tal y como somos. Haremos las cosas mejor o peor, pero las hacemos, lo intentamos. Y te quedas pensando en los tres meses que has vivido a su lado, al lado de la persona que te cuida, te agarra de la mano por la calle o te da un beso despreocupado. Y sabes que mientras esté a tu lado no hay problemas sin remedio.
Él es la solución.


20 de mayo de 2011

Con desprecio y lejanía.

Así es como me hablaba él el otro día. Con desprecio y lejanía. El plan era perfecto: yo con mi amiga y él con sus amigos. Pero inexplicablemente todo salió mal, lo cual ya empieza a ser habitual en mí. Estuve bastante rato con él en lo que yo creía que iba a ser nuestro gran día, pero no. Estuvo frío, distante e incluso borde.
No sé por qué se comportó así, lo que sí sé es que estoy harta. Harta de que parezca que quieren algo y luego no sea así, de que al principio sean super amables y luego no y de hacerme ilusiones con cosas que no llevan a ninguna parte. La verdad, no estoy triste. Yo he puesto mis cartas sobre la mesa y no me ha salido bien, pero al menos he jugado la mano. Y es que el que arriesga no pierde nada porque perdiendo también se gana.
Es cierto que sigo pensando en él, pero ya no de la misma forma. Ahora más bien me ha decepcionado, pero no por no corresponderme, sino por no dejarlo claro y comportarse como un idiota y no como un amigo, que es lo que yo pensaba que era. No entiendo su comportamiento: antes, cuando parecía que me hacía caso, me pasaba el día esperando a que se conectara, a que me hablara... se hacía de rogar hasta un punto desesperante. Y ahora que he desistido, es él el que me habla primero, o que me pregunta que tal el día. WTF.
Lo peor de todo es que le dice a mi amiga que no quiere nada serio, ¡Como si yo le hubiese propuesto matrimonio! Sólo intentaba sutilmente liga con él, nada más. Me da rabia que todo haya salido tan mal, cuando prometía tanto.
Pero ¿Sabéis qué? Aquí no ha terminado. Mis allegados dicen que en realidad sí que hay algo. Pero si en el futuro se aclara y se da cuenta de que me ha perdido, no se lo pienso poner nada fácil. hasta ahora lo he planteado todo como amiga que comparte gustos y aficiones. Ahora voy a ser simplemente yo y si me apetece flirtear con otro lo haré. Ahora es él el que va a notar lejanía.